Fracaso escolar y déficit de atención

Trastornos alimentarios

Clínica de Psicología en Coslada

Psicólogos Sanitarios con experiencia en atención individual.

Orientación congnitivo-conductual.

Especialistas en psicología infantil

TRASTORNO DEL APRENDIZAJE

Son trastornos donde hay alteraciones graves de la conducta alimentaria.

Anorexia nerviosa

La persona que padece este trastorno rechaza el mantener un peso mínimo normal (según su talla y edad). Según los métodos utilizados para lograr esa pérdida de peso se pueden distinguir dos tipos de anorexia:

Restrictiva: normalmente lleva una dieta muy severa que al final se limita a unos pocos alimentos, ayuno o ejercicio excesivo.

Compulsiva/Purgativa: darse atracones de comida y/o realización de purgas (provocación de vómitos, uso de laxantes, diuréticos, enemas…).

Además quien padece este trastorno siente mucho miedo de engordar y tiene una visión distorsionada de su peso y su silueta, considerando su imagen corporal como algo de extrema importancia a la hora de autoevaluarse. Por otro lado restan importancia o incluso niegan los riesgos físicos y psicológicos que conlleva el bajo peso corporal. Finalmente, en las mujeres se produce amenorrea (ausencia de menstruación).

La edad media de inicio de este trastorno es a los 17 años y rara vez ocurre antes de la pubertad. Si la aparición es entre los 13 y los 18 años tiene mejor pronóstico. Un 0,5-1% de la población padece anorexia nerviosa, donde 9 de cada 10 personas diagnosticadas con este trastorno son mujeres.

Bulimia nerviosa

Este trastorno se define por la realización de atracones (grandes ingestas de alimentos en poco tiempo) y posteriores conductas compensatorias inapropiadas para bajar de peso (vómitos, laxantes, ejercicio excesivo…). Estas personas sienten una pérdida de control sobre la ingesta de alimentos y la autoevaluación de quien la padece está tremendamente influenciada por el peso y la silueta.

Los dos tipos de bulimia descritos son:

Purgativa: provocación de vómitos y uso de laxantes, diuréticos o enemas.

No purgativa: ayunar o ejercicio excesivo.

Este trastorno se da en un 1-3% de la población, donde el 90% de los casos se da en mujeres.

Generalmente se producen a raíz de algún acontecimiento estresante, aunque también llevan una carga genética, ya que es más probable que lo padezcan aquellas personas con algún familiar de primer grado con estos trastornos.

Es de suma importancia que el paciente lleve un control médico e incluso, si fuese necesario, un ingreso hospitalario para conseguir un peso adecuado y un equilibrio hidroelectrolítico.

Para normalizar el peso se va trabajando paralelamente los refuerzos para lograr una ingesta adecuada de alimentos.

Una vez logrado esto buscaremos logros a medio plazo trabajando el concepto de autoimagen, la autoestima, creencias incorrectas sobre alimentación, habilidades sociales, la ira, la frustración, problemas familiares si los hubiese, etc. Para ello se tendremos que trabajar con la familia. Su implicación suele ser fundamental en este tipo de trastornos.

Finalmente, cuando la persona haya conseguido la suficiente autonomía y autocontrol, deberá poner en práctica todo lo trabajado en terapia, realizando periódicamente y cada vez de forma más espaciada sesiones de seguimiento, tanto psicológicas como médicas.

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